¿Aprender Mindfulness online?. Acércate al Mindfulness, entendiendo la Atención o Conciencia Plena.
¿Mindfulness?, ya estamos con los extranjerismos, ¿no hay una forma de decirlo en español?. Relativamente, si. Podríamos hablar de Atención Plena, o Conciencia Plena. Como en ocasiones sucede con las traducciones, y como se tituló una película, hay algo que se pierde en la traducción.
Mind; Mente
Mindful; Tener en cuenta
Mindless; Sin sentido, absurdo
Fulness; Abundancia, plenitud
De entrada, fíjate que hablamos de Atención o Conciencia, además de Mente y de Plenitud.
Más allá de definiciones académicas de Mindfulness, te comparto lo que es mi experiencia y comprensión del término y sus implicaciones.
Se relaciona con la actitud de no identificarte con los pensamientos que suceden en tu cabeza. Crear un espacio entre el estímulo y la respuesta, logrando pasar de una vida de reactiva a una vida de elección consciente, ahora a ahora.
En este sentido cuando hablamos de Mindfulness nos referimos a “un Estado Mental”, del que se encuentran referencias en todas las tradiciones de la humanidad y en particular en las orientales. Eso de estado mental, puede sonar a raro e impreciso cuando nunca se ha practicado Mindfulness. Sin embargo es algo muy preciso. Es ese momento donde mi cuerpo y mi mente se hallan en el mismo lugar, vamos a ver un par de ejemplos para clarificar.
¿Alguna vez te ha pasado que tu cabeza se ha puesto a lanzar ideas sobre algo que sucedió hace ya un tiempo?, y además de no poder evitarlo, ¿te suele causar cierta tristeza, incluso una sensación de estómago encogido?.
¿En alguna ocasión te has puesto a pensar en algo que podría o no podría suceder en unos días o meses?, y por más que tratabas de sacarlo de tu cabeza, no sólo no se iba, sino que llegaba a producir cierta ansiedad. ¿Incluida la tendencia a pensar más en las opciones más negativas?.
Como has podido ver, nuestro cuerpo siempre se haya en el momento presente, pero nuestra mente puede divagar – de hecho divaga – entre ayer y mañana. En esas situaciones que no te sientas bien física y sicológicamente es incluso normal. Ese es lo que se denomina estado de Mindlesness, o ausencia de Atención y Conciencia Plenas.
¿Te gustaría probarlo?, este sencillo ejercicio de 2 minutos puede ayudarte
En otro sentido, nos referimos a Mindfulness como una reformulación de estas técnicas y filosofía milenarias realizadas a partir de los 80 del siglo pasado por el Dr. Jon Kabat-Zinn, como precursor y máximo exponente a fecha de hoy. En el Hospital de Massachussets se realizaron las primeras pruebas referentes a qué aportaba a la salud de las personas si aprendían de modo efectivo a calmar su mente, y traer su atención al momento presente, independientemente de su estado de salud.
En aquel caso, se enseñó Mindfulness a personas enfermas que no terminaban de mejorar con los tratamientos convencionales. Los resultados fueron tan sorprendentes como positivos. Posteriormente la experiencia se ha ido repitiendo en miles de lugares alrededor del mundo tanto en Hospitales, como en centros de investigación, Universidades, así como en centros de trabajo y lugares relacionados con la salud y el Bienestar.
Visión de conjunto
Posiblemente tendríamos que hablar más de un repertorio de técnicas y ejercicios, más que de una técnica diferenciada propiamente dicha. Con una fuerte presencia de la meditación en el sentido oriental de este término, y un componente de ciencia que va encontrando evidencias tanto de los efectos positivos en las personas, como de secuencias o procedimientos que tienden a dar resultados predecibles y repetibles. Por eso el aval de los estudios científicos entorno a los beneficios que aporta el entrenamiento y la práctica del mindfulness es sólido y creciente.
Otra característica relevante es que el Mindfulness no se “aprende”, pero puedes “entrenarte”. Esto se refiere a que aunque incluye numerosos conceptos que abarcan desde lo más antiguo en la sabiduría de las tradiciones Budista y Zen (no tienes que cambiar de religión, ni siquiera creer en nada en particular), hasta lo más novedoso que ha ido aportando la ciencia que estudia el cerebro y el cuerpo humano. Pero no basta un proceso intelectual, es proceso un proceso experiencial que se obtiene con la práctica, el tiempo, y el desarrollo de tu percepción sobre las cosas.
Mindfulness no se aprende “sólo” leyendo libros, sino practicándolo.
Por eso se habla de entrenamiento, por que cada uno de esos conceptos “teóricos” tiene una aplicación práctica que debes llevarla a tu vida cotidiana. Es ahí donde vas a encontrar el principal tesoro del Mindfulness, su aplicabilidad directa para vivir una vida con menos sufrimientos y tensiones, acercarte a tí mismo y a la vida con un nuevo enfoque que aporta claridad de ideas y confianza, además de ser uno de los modos no farmacológicos más estudiados y validados para hacer frente a esa epidemia de nuestros tiempos que es el Estrés, la insatisfacción, y el abatimiento. Una forma inteligente, práctica y sencilla de cuidar tu salud en cuerpo y mente. Bienestar de dentro hacia fuera que sólo depende de tu compromiso con él, para el que no tienes que pedir permiso a nadie. Siempre a una respiración de distancia.
Podríamos decir que un programa de entrenamiento en Mindfulness se compone de un determinado número de horas de “clase”, por definirlo de algún modo. Que incluyen un marco teórico, así como diversos ejercicios de repetición e investigación para llevar a cabo durante y entre clases. En este punto quiero romper algún mito respecto a los beneficios del Mindfulness. Quizá te suene una película de Javier Bardem, “No es pais para viejos“, pues yo te diría que “Mindfulness no es lugar para pusilánimes“. Quizá has oido que 8 semanas de mindfulness cambian la estructura cerebral, que se pueden aminorar síntomas de numerosos problemas de salud desde enfermedades inflamatorias, hasta cancer, que en los estudios ayuda a mejorar la concentración y la memoria, que en el trabajo aumenta la confianza y creatividad, o que puedes mejorar tus relaciones de pareja, y muchas otras cosas más.
Nuestra salud y bienestar, son nuestra responsabilidad. Los profesionales de la salud son estupendos apoyos para mantenerla y recuperarla, pero hay una esfera completamente privada y personal en la que si renuncias, pierdes poder, presencia y capacidad de tener una vida plena, significativa y valiosa.
Todas estas cosas son ciertas, y tienen un pero. Estamos demasiado acostumbrados a una “pastilla mágica” que cura todo y al instante, o a poner nuestra salud en manos -y responsabilidad- del médico o terapeuta. Si buscas esto, Mindfulness no es para tí.
Es preciso compromiso y dedicación si quieres encontrar los tesoros, como todo en esta vida.
Mindfulness es para personas que han decidido tomar el timón de sus vidas, y asumen su responsabilidad por su salud, y su compromiso en su desarrollo personal. Si has probado el ejercicio anterior de 2 minutos (si no lo hiciste, te sugiero que lo pruebes), habrás notado cierto alivio en tu cabeza saturada de pensamientos, e incluso un relativo aumento en la profundidad y calidad de tu respiración. Pero, seamos sinceros, en un ratito hasta olvidarás que has leído este artículo, y la probabilidad que uses tu atención a la respiración en tu siguiente momento de estrés es estadísticamente casi nula.
Estamos demasiado programados y ausentes como para darnos cuenta que nos estamos suicidando lentamente con nuestra falta de atención.
Vendería más si te dijera que todo esto es más facil, pero prefiero dormir agusto sabiendo que ni engaño ni llevo a malentendidos. Por la presión de las prisas y la sociedad actual se van configurando propuestas de todo tipo, y casi ha emergido un sector al que cariñosamente se le llama el “Mc Mindfulness”. Y claro, en un momento dado te saca de un achuchón como puede hacerlo una hamburguesa, pero difícilmente podrás comer eso a diário sin que tu salud se resienta. ¿Quieres tener una mente más calma, una respiración más plena, una salud más equilibrada?, pues vas a tener que tomar la decisión de dedicarle tiempo.
Y si piensas que no tienes tiempo, te cuento que lo que no tienes es interés o conciencia de cómo nuestra atención cotidiana configura el mundo que nos rodea y nos lleva a vivirlo de un modo que roba salud, o de un modo que aporta felicidad y presencia momento a momento. Es tu elección, si te interesa encontrar tiempo, te sugiero que descargues el ebook gratuito; ¿Quién se ha llevado mi tiempo?.
Y por otro lado, que realices una introducción, ni de lejos significa que has terminado, más bien al contrario, sólo estás comenzando.
La coherencia entre lo que siento, lo que pienso y lo que hago, es además de recomendable, muy saludable.
¿Mindfulness, compromiso, dedicación?, uffff… entonces lo dejo.
Bueno, tú mismo, pero quizá es un error salvo que desees vivir dependiendo de fármacos para controlar la ansiedad, o que no tengas ganas de dormir de una forma profunda, placentera y reparadora.
También es posible que quieras ganar peso y vivir de un modo sedentario, o quizá deseas tener un bajo rendimiento académico y laboral. Si tu trabajo no requiere ni una pizca de imaginación y creatividad, o si te gusta sufrir con cosas cotidianas, y enfadarte a la mínima oportunidad, o bien, si eliges sentirte habitualmente frustrado y no quieres salir de tu rutina y zona de confort cueste lo que cueste.
En estos casos, ni se te ocurra comenzar un entrenamiento en Mindfulness.
Un concepto que quizá te anime a darle una oportunidad al Mindfulness es el de la Neuroplasticidad. Frente a lo que se había creído hasta no hace mucho, el cerebro tiene capacidad de aprendizaje y reestructuración independientemente de la edad que tengas.
Los significados y malentendidos que rodean a la palabra meditar.
Para comenzar, es frecuente escuchar “déjame que medite sobre eso, lo pienso y te digo algo“. Cuándo en esencia si usamos el término meditar en sentido “Mindfulness”, precisamente lo que buscamos es salirnos de ese barullo mental que llamamos pensar. O más que salirnos, diferenciarnos del pensamiento y dejar de mezclarnos con él dándole validez de verdad absoluta. Hacemos un espacio para reconocer (esto es experiencial, no intelectual) al observador del pensamiento.
“Al meditar no nos alejamos de la sociedad, no nos escapamos de ella, sino muy por el contrario, nos preparamos para reinsertarnos adecuadamente en ella”
Thich Nhat Hanh
Nuestro día a día cotidiano implica numerosas actividades en piloto automático o casi, ¿alguna vez llegaste a la cocina, para preguntarte qué vine a buscar?, ¿en alguna ocasión caminando en la calle, o conduciendo, te has dado cuenta que has hecho una parte del trayecto sin ser consciente?, ¿en alguna ocasión en una charla en el trabajo, o con tu pareja, te has dado cuenta que llevan un rato contándote algo y no te has enterado de nada perdido entre tus pensamientos?. Pues eso es justamente lo contrario de ese estado mental de presencia y atención plena, al que se refiere Mindfulness, y que tiene la meditación como uno de sus ejercicios centrales.
¿Y por qué digo uno de los ejercicios?, por que hay otros 🙂
Además, hay otro malentendido muy habitual respecto a lo que significa meditar. Los más puristas, y la población en general, usan el término meditar asociado únicamente a una práctica de sentarse en el suelo, normalmente con las piernas en una posición imposible, imprescindible un incienso y una música a poder ser “muy oriental”, en ocasiones una figura de buda completa la imagen.
Pero Mindfulness como a mi me gusta compartir, es algo mucho más cotidiano y variado.
Una sencilla compra en el supermercado, puede ser en piloto autmático, e incluso pura compulsión. Y también puede ser un acto de presencia y consciencia. En este sentido es posible “meditar” en cualquier lugar. Además te ayudará a comprar menos cosas inútiles e insanas 😉
Si hay una práctica sentado, pero perfectamente puede realizarse en una silla, y ni inciensos, ni música, ni imágenes son particularmente imprescindibles aunque puedes usarlas si es tu gusto.
Y también hay práctica caminando, incluso haciendo movimientos conscientes, y también tenemos la práctica informal, que es tan variada como la imaginación humana puede serlo. Además, hay otros tipos de ejercicios, unos de bolígrafo y papel, otros de probar tu atención, y múltiples alternativas donde seguro terminas encontrando una ruta que para tí es válida e interesante. Se puede practicar en el supermercado, durante una llamada telefónica, y durante una disputa de pareja, no es preciso subir al Himalaya para recoger los beneficios de una mente atenta y en calma, que ve el mundo en su plenitud con conciencia y consciencia.
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